Natsu se tuerce la pierna en casa y termina recibiendo un masaje de un terapeuta. La masajista que llegó a la casa acarició a Natsu de manera repugnante. Natsu siente esto y la masajista continúa dándole un masaje provocativo. Un día, Natsu termina haciendo mucho yoga durante un tratamiento, pero incluso cuando llega el momento, no está satisfecho y quiere más.