Aina, una esposa que trabaja a tiempo parcial en una tienda de conveniencia, no tiene relaciones sexuales con su marido y vive una vida poco estimulante. Satisface sus deseos con la emoción de robar productos en la tienda. Un día, el gerente de la tienda descubre que está robando y se ve obligada a cometer un delito. Al principio rechazó la intensa violación, pero al mismo tiempo sintió el placer de haber encontrado el estímulo que buscaba y poco a poco se volvió adicta a él.