Al contrario de su comportamiento elegante y lenguaje cortés, él es un asesino de hombres sucio, el secretario Kamatoto, que atormenta pollas sensibles con su boca y su coño provocativos. Hoy también la agenda del presidente está llena de masturbaciones conmigo, lo cual es una tentación maleducada para que la secretaria de apariencia pulcra se cague sobre él.