Su madre, Yumi, es extremadamente hermosa y ordenada, y es algo de lo que su hijo, Satoshi, está orgulloso. Cuando Satoshi se entera de que Yumi está frustrada como mujer, no puede controlar sus ganas de follarla y la ataca. Yumi se niega, pero contrariamente a sus sentimientos, su coño se moja y acepta la polla. El sentimiento de culpa colapsa en un pistón desbocado sin fin, y se sumerge en territorio desconocido...