En 20XX, se introdujo en las escuelas japonesas una materia llamada estudios de actividad sexual como reforma educativa. Basado en la idea de difundir información sexual ampliada a todos los estudiantes como conocimiento y experiencia, el sistema educativo exigía que los estudiantes repitieran un grado si no obtenían una determinada puntuación en un examen. Una niña que reprobó un grado tiene relaciones sexuales con el maestro y los estudiantes que la ayudan como parte de su formación práctica y es avergonzada hasta que aprueba el grado.